lunes, 11 de enero de 2016

A los presos nadie los llora.

Un preso político no es simplemente un preso, es una víctima. Una víctima de un sistema de justicia ineficiente y corrupto, de un sistema político opresivo y despótico; una víctima de la indiferencia originada por los intereses políticos del momento. Un preso político no tiene recursos judiciales, porque los tribunales, en rigor, no existen. Y ahí están, presos injustamente. Sometidos ellos y sus familias a lo único peor que el Sistema de Justicia, que hay en este país: el Sistema Penitenciario. Si a la dramática situación anterior, usted añade que esos presos políticos son funcionarios policiales, se va a encontrar con el tabú creado en el propio mundo de los derechos humanos y de los discursos políticos: los policías violan derechos humanos, no son víctimas.


En Venezuela, el caso más emblemático de prisioneros políticos de los últimos años es el caso de los Funcionarios de la Policía Metropolitana y los Comisarios Forero, Simonovis y Vivas, condenados por "los hechos del 11 de Abril de 2002". Es éste el juicio más largo de la historia judicial venezolana, en el que se condena sin pruebas, sin causalidad, por puro capricho.

Doce años llevan presos los funcionarios de la PM Marco Hurtado, Héctor Rovain, Arube Pérez, Luis Molina y Erasmo Bolívar. Doce. ¿Usted sabía que ellos están presos?

Si lo sabía es por el trabajo incansable de sus familiares y allegados, peregrinos buscando justicia. Funcionarios sin Policía porque desmantelaron la PM y ellos quedaron presos y solos. Presos Políticos que no hacen política y, ¡que ironía! eso es lo que más les desfavorece. 

Si usted no sabía de la prisión de doce años de estos funcionarios, le invito a que se pregunte ¿por qué?


La lucha por los Derechos Humanos se apoya en la visibilidad como herramienta en la defensa de los casos. Casos emblemáticos que permitan imponer correctivos a un sistema entero. Me atrevo a asegurar que la invisibilidad de la prisión de los Funcionarios de la PM y los Comisarios, y hasta la justificación que muchos han encontrado, es la génesis de los sucesivos casos de represión y presos políticos que padecemos en Venezuela. 


Porque a su vez, la visibilidad apuntala la universalidad de los Derechos Humanos, todas las violaciones de derechos humanos tienen igual relevancia. Todos los casos son condenables, todos los casos deben ser resarcidos.

Hoy día se discuten profusamente varios proyectos de Ley de Amnistía que indudablemente genera esperanza en los Funcionarios presos y sus familiares. Esperanza que va de la mano con el recelo de no haber sido favorecidos con la Ley de Amnistía del 31 de diciembre de 2007. Si! ya hubo una Ley de Amnistía que los beneficiaba y miren, siguen presos.


Confío en que ese debate y la Ley que surja, permitan no solo darles la libertad a estos presos políticos que no hacen política, sino además siente las bases para un proceso de reconciliación nacional que impida que esta situación vuelva a repetirse.

Entiendo que la lucha por los derechos humanos es una lucha de discreta perseverancia, una carrera de resistencia en la que lo mas importante son las victimas y sus familiares. En realidad, son lo único importante. Entiendo que una cárcel es un castigo, no una táctica. Entiendo además a la gente que hace cualquier cosa por confortar a su preso, por sacar a su preso, porque ese no es su preso, es su esposo, su hijo, su papá. No hay nada épico en una cárcel más que el valor de sufrirla con dignidad y de rechazarla con integridad cuando ésta es injusta.

Nos corresponde a todos no posponer la justicia.

#LibertadParaTodosLosPresosPolíticos #LiberenALosPM #LeyDeAmnistía

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