miércoles, 22 de junio de 2016

Del diálogo de Maduro, o préstame tu Asamblea pa´ir pa´ Choroní.



El gobierno se quedó sin dinero. Entre una pésima administración basada en el derroche y la inexistente rendición de cuentas, la corrupción más grande de nuestra historia, la aniquilación de la iniciativa privada y de las exportaciones no petroleras, Venezuela no tiene dinero para comer.

Producimos petróleo –el poco que producimos- para pagar deudas que contrajeron Chávez y Maduro para financiar la corrupción y la burbuja fiscal que los mantuvo en el poder. Y ahora resulta que no pueden endeudarse. Ningún prestamista le va a dar dinero al Gobierno, a sabiendas que esas acreencias son nulas al no contar con el aval de la Asamblea Nacional. Si señores, el “bloqueo financiero” del que hablan los chavistas no es más que la certeza de ilegalidad de cualquier contrato suscrito por el Gobierno, que no cuente con el aval de la Asamblea Nacional. Recuerdo claramente como decidieron anunciar la muerte de Hugo Chávez cuando los chinos les dijeron: te prestamos plata pero díganos quién es el Presidente. Rapidito montaron el funeral y de inmediato Jaua en un avión rumbo a China a cuadrar el cheque.
  
Sobre eso es que quiere hablar Maduro con Henry Ramos Allup, como Presidente de la Asamblea Nacional, ese es el centro del diálogo. Ofrece libertad de presos políticos como parte del negocio, quién sabe qué más ofrece, pero no a cambio del Revocatorio que saben indetenible, no. Lo que necesita Maduro es que Ramos Allup mueva los hilos para que la Asamblea Nacional lo deje endeudarse (más) para seguir oxigenando la cianótica revolución chavista y poder lanzarse a la campaña por el NO en el Revocatorio. Por eso el diálogo no incluye el Revocatorio, lo que negocian son las condiciones en las que el Gobierno quiere hacer campaña: yo dejo de obstruir el proceso y tu déjame financiar el desastre en el país y mi campaña, esa es la grosera oferta de Maduro.

Curiosamente, los que parecen más dispuestos al negocio de riesgo y ventura de financiar al chavismo son los gringos. Miren cuántas vueltas ha dado ese perro para echarse, ¿no?

No hay nada más riesgoso que ser un dirigente de un partido de oposición en este momento. Sobretodo uno que crea que puede suturar la yugular expuesta del gobierno sin salir salpicado de sangre. Hay que tener cuidado porque en este momento lanzarle cables al Gobierno seguramente no lo saque del foso, sino que arrastre a unos cuantos con él.


ELQ