martes, 22 de agosto de 2017

Ejercer derechos no convalida al opresor


Nadie se atrevería a decir que protestar, marchar, trancar, legitima la represión que la Guardia Nacional y de la Policía han desplegado de manera despiadada desde el 1ro de abril de 2017. 
La manifestación pacífica y sin armas es el derecho político mas inmediato que tenemos los ciudadanos, uno entre otros garantizados por la Constitución Nacional. El gobierno ha impedido, conculcado y violado sistemáticamente nuestro derecho a manifestar, pone impedimentos, barreras físicas, batallones, gas, perdigones, paramilitares, balas, metras, detenciones arbitrarias, asesina, criminaliza la protesta; nos acusa de terroristas, genera desinformación para confundir la agenda de protestas, infunde terror para desmovilizar. 
Aún así, a pesar de todas esas arbitrariedades, abusos y violencia, nadie se atrevería a decir que marchar hoy, convalida los asesinatos, las lesiones, las detenciones arbitrarias ocurridas durante los meses de protesta. Por el contrario nuestra insistencia en la protesta pacífica desgasta la institucionalidad del represor, lo desnuda y lo erosiona.

El derecho al voto es también un derecho político, que hemos ejercido siempre en condiciones desventajosas, abusivas y arbitrarias. Se nos han impuesto decenas de impedimentos, se nos han conculcado derechos, se han desconocido resultados electorales, hay autoridades presas o en el exilio. Nos robaron el derecho al Referéndum Revocatorio y aún así, en nuestro ejercicio ciudadano, ante la ruptura del orden constitucional que se concretó al desconocer a la Asamblea Nacional a través de las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia del 28 de marzo de 2017, nuestra exigencia al protestar siempre fue respeto a la Asamblea Nacional (reconocer los resultados electorales), cronograma electoral (derecho al voto), libertad para los presos políticos (libertad personal, de conciencia, de manifestación) y la implementación de un canal humanitario (derecho a la vida, a la salud, a la alimentación).

Ante la contundencia de las protestas, que además provocaron una reacción tremenda de la Comunidad Internacional, el chavismo inventa un juego político paralelo al reclamo ciudadano, y violando la Constitución, valiéndose del control institucional absoluto que ejerce, de la misma forma que se nos arrebató el Revocatorio, ejecuta un fraude constituyente; y voy a decirlo de una vez, es un fraude no en relación a los vicios en la supuesta selección de pretendidos constituyentes, es un fraude porque no fue convocado por el pueblo, tal como dispone el artículo 347 de la Constitución. Y esto es fundamental tenerlo claro, porque partiendo de allí, ninguna actuación relacionada con ese fraude -entiéndase, ninguna- tiene validez jurídica ni política.

¿Qué pretende el gobierno con el fraude constituyente? En lo personal pienso que el primer objetivo fue imponer una agenda que invalidara la agenda de protestas ciudadana de la oposición.En segundo lugar, sin duda busca dar visos de institucionalidad a la ruptura del orden constitucional y al desconocimiento de la Asamblea Nacional, ya que el discurso del desacato se agotó y la reacción nacional e internacional ante el TSJ ha sido contundente.
Finalmente, busca sacar a la oposición de su terreno más ventajoso, el electoral. Es por ello que se esforzaron en ejecutar el proceso más grotesco y fraudulento que posamos recordar: se violaron las normas y procedimientos electorales, auditorias y para terminar, se anunciaron unos resultados adulterados, que no fueron reconocidos ni por la empresa SmarMatic, ya que no coinciden con los registros de sistema. 

El fraude fue ejecutado con la intención de convencernos de que nada hacemos votando, lo cual es falso porque hemos demostrados que con organización y participación masiva podemos superar las trampas y ganar. Para afianzar la idea de la ineficacia del voto, el chavismo ha destituído y perseguido a los alcaldes de oposición y despliega la matriz de opinión "para que elegimos gobernadores si igual los van a destituir". Otra matriz que se ha divulgado es aún más aberrante; "Esos jóvenes no murieron por elecciones regionales". La realidad es que las víctimas de la represión murieron porque la dictadura los asesinó,y vivieron y lucharon entre otras cosas por rescatar el derecho al voto. Antes de que se iniciaran las protestas no se habían convocado elecciones regionales. Elegir gobernadores es nuestro derecho y lo exigimos en las calles.

La convocatoria a elecciones regionales, mas allá de cómo concluya el proceso, es un logro de la presión ciudadana y de la actividad política que desencadenó la presión internacional. Valga decir que todas los pronunciamientos internacionales reclaman elecciones y diálogo, no otra cosa.

El artículo 350 nos obliga a hacer todo aquello a nuestro alcance para restituir la vigencia de la Constitución. 

Votar es una de esas cosas por hacer. Votar no legitima el fraude constituyente porque un acto absolutamente nulo no puede ser convalidado. Tampoco convalida la actuación del CNE, muy por el contrario, la evidencia y  nuestra participación masiva, el control de cada mesa electoral, de cada voto, de cada acta, tal como hicimos en 2015, obliga al CNE -al chavismo- a reconocernos como mayoría y a legitimarnos ante el mundo, y legitima además nuestras exigencias desde su propio abusivo ejercicio de poder.

La participación electoral no legitima sino a las autoridades electas y a su electorado.


  • Ejercer derecho no legitima al opresor, ni convalida abusos, ni exculpa responsabilidades.
  • Las elecciones forman parte de las exigencias que motivaron las protestas.
  • El fraude constituyente es parte del terrorismo de estado, y no es susceptible de ser convalidado ya que su convocatoria es absolutamente nula.
  • Votar es una el artículo 350, desafiando el abuso de poder e imponiendo la mayoría electoral.

jueves, 29 de junio de 2017

Venezuela no tiene receta y la burla de Sosa Azpúrua


El proceso político que vivimos en Venezuela es sumamente complejo, no llegamos a esta situación siguiendo ningún manual, pero si existiera sería el manual del fracaso político y social.

Ante esto, me resulta sorprendente cómo propuestas de supuesto accionar político, enumeradas como un paso a paso, como si de un flujograma se tratara, tienen aceptación no exactamente en la gente sencilla y poco familiarizada en conceptos políticos, sino especialmente en círculos que uno considera privilegiados si hablamos de acceso a la información, formación académica, cultural. 

Luego de intentarlo infructuosamente un par de veces, leí completa la propuesta de 20 puntos publicada por Juan Carlos Sosa Azpúrua, quien se dice abogado con estudios múltiples en Derecho. Les confieso que luego de leerla muerta de la risa, sentí muchisima rabia, no porque alguien como él que sabe perfectamente lo que está escribiendo se aproveche de su relativa visibilidad para burlarse de todos, sino porque hay quienes saben que esa propuesta es inconstitucional y políticamente inviable, y aún así la difunden y apoyan como si fuera la receta que nadie quiere aplicar.

La lista de "Cambia el gobierno en 20 pasos" es eso, una burla. Una burla a una sociedad sometida a la que es probablemente la peor dictadura de nuestra historia, una burla a los millones de venezolanos que resistimos represión y opresión en la lucha por rescatar la democracia. Una burla a las víctimas y a los dirigentes que se exponen todos los días, en carne y hueso, a los vejámenes de los que el gobierno chavista es capaz.

La propuesta enumerada de Sosa Azpúrua se basa no en desconocer la legitimidad del gobierno, sino en desconocer siglos de desarrollo del Derecho Constitucional. Obvia deliberadamente los límites al ejercicio del poder que establece la Constitución y ofrece un estado de anomia en la que los ciudadanos no tendríamos ni siquiera derechos por lo que reclamar, porque sencillamente la Constitución no existiría.

Tampoco parece estar familiarizado el Sr. Sosa Azpúrua con el Derecho Administrativo Constitucional, ese que a grandes rasgos es el que regula el ejercicio efectivo de las competencias, atribuciones y facultades de los órganos del Poder Público, el que las hace reales, las materializa.

No los quiero aburrir con conceptos jurídicos que requieren además mucho detalle. Pero debo decir que la propuesta del Sr. Sosa Azpúrua es tan aberrante, que es lo más parecido que he encontrado al fraude constituyente de Maduro.

Hice un cuadrito analizando los 20 puntos, espero sea útil para al menos dejar de difundir la lista y creer en cuentos de caminos y recetas paso a paso. 


1- Decretar la ilegitimidad del régimen, por estar incurso en crímenes de Lesa Humanidad, públicos y notorios. En este sentido, los funcionarios principales del régimen forajido deben ser desconocidos por la AN. 
3- Designar un gobierno de transición.
Sección I. Gestando un sueño- o un viaje de ácido-
La legitimidad no se decreta, se adquiere, bien por elecciones o bien por ejercicio, pero no existe un “decreto de ilegitimidad”. Toda la propuesta se basa en un ficticio, inconstitucional e inoperativo decreto de ilegitimidad de parte de la AN.
La comisión de crímenes de lesa humanidad, la imputación y establecimiento, requiere de un juicio previo, con garantías al debido proceso, recordando que la responsabilidad penal es individual. “El gobierno” como entidad no está incurso en crímenes de Lesa Humanidad.
Designar un gobierno de transición, mientras en el gobierno chavista formal siguen ejerciendo funciones, no sólo fomenta el caos sino además es totalmente inoficioso. ¿Sacaremos por la fuerza a los ministros de sus despachos? ¿Obligaremos a los funcionarios a obedecer?
10- El gobierno de transición debe actuar como si el poder del régimen forajido no existiera, emitiendo órdenes a todos los organismos públicos para que actúen en conformidad con la nueva realidad.

20- Nombrar una comisión negociadora, que defina los términos de rendición del régimen forajido.

Sección II. Contradecirse de diez en diez.
Actuar como que el chavismo no existe, no lo hará desaparecer. El gobierno ha actuado por casi 20 años como si la oposición no existiera y aquí seguimos.
Insisto ¿Será que paramos de la silla a los funcionarios públicos y sentamos sus reemplazos, o se esclaviza a los existente hasta someterlos y que obedezcan?
Luego que actuemos como que no existen, nombramos una comisión que negocie su rendición. El chiste se cuenta solo.
14- Emitir comunicados a la INTERPOL y demás organismos pertinentes para que colaboren con las acciones del gobierno legítimo de transición.

15- Emitir comunicados al sistema financiero internacional para que tome las medidas necesarias que bloqueen las acciones del régimen forajido.

16- Nombrar una comisión especial para negociar empréstitos, para que el gobierno legítimo de transición pueda operar sin depender del situado constitucional, mientras éste siga secuestrado por el régimen forajido.  Estos préstamos también deberían abarcar las necesidades operativas esenciales de las gobernaciones y alcaldías que decidieren desconocer al régimen forajido.
6- Comunicar a todas las cancillerías que Venezuela tiene un régimen forajido, que ha sido desconocido por el pueblo; y que la AN ha nombrado un gobierno transitorio, para poner orden y convocar elecciones libres, tan pronto como lo permitan las circunstancias.
11- Solicitar el apoyo de los gobiernos americanos, europeos, asiáticos y africanos, así como de sus organismos de inteligencia y combate antidrogas, para que neutralicen las rutas del narcotráfico y petroleras, que usa el régimen forajido para abastecerse de recursos.
12- Crear una coalición internacional de jefes de Estado en apoyo al gobierno legítimo de transición
Sección III. No tengo la más peregrina idea de cómo funcionan las relaciones internacionales.
Los países del mundo y sus agencias internacionales, así como la banca y entes multilaterales, reconocen a las autoridades de los gobiernos. Y Venezuela tiene un gobierno, el chavista, esa es la razón por la que protestamos, porque queremos un nuevo gobierno.

¿Cómo acreditas un funcionario ante el FMI o el BID o el BM o ante cualquier banco, si existe otro en funciones acreditado por Maduro?
Ningún gobierno u organismo internacional atenderá siquiera a representantes de un gobierno que no esté previsto en la Constitución. Puede que no san hostiles, pero no  harán negocios con un gobierno ficticio.

De hecho no hacen negocios con Maduro precisamente por estar al margen de la Constitución.
7- Hacer una convocatoria a los funcionarios del régimen forajido, incluyendo militares, para que desconozcan a los criminales usurpadores y apoyen al gobierno legítimo de transición.
8- Decretar el desarme de los colectivos, milicias y demás cuerpos delictivos que han sido equipados por el régimen forajido. Enumerar, en un decreto, todas las penas aplicables a todos aquellos que no cumplan con el decreto de desarme.
13- Crear una coalición de escritores, periodistas, artistas, y demás personalidades influyentes del planeta para que se pronuncien en favor del gobierno legítimo de transición y condenen al régimen forajido.
18- Emitir órdenes de libertad a todos los presos políticos y exigir a los organismos pertinentes que cumplan con dichas órdenes, so pena de incurrir en graves delitos, que deberán consagrarse a través de una ley especial, promulgada por la AN. 
19- Anunciar al país un cronograma de acciones, que culminen en elecciones presidenciales en un tiempo perentorio.
Sección IV. Oh Bandera del pueblo Caribe.
Hacer llamados a las FAN, a los funcionarios públicos, a la comunidad internacional no es ejercicio efectivo del poder, ergo, la propia propuesta asume que el “gobierno de transición” no tiene poder.
Decretar el desarme de paramilitares, delincuentes y milicias no los hará acudir en desbandada a la esquina de San Francisco a entregar sus armas, no se si esta propuesta es sólo ingenua o además es estúpida, pero sin lugar a dudas es ineficiente.
Por otro lado, hay presos políticos con orden de excarcelación que nadie cumple. ¿Cómo hacemos entonces? ¿Con qué medios contaría el fulano gobierno de transición para lograr que los liberen a todos?
Anunciar un cronograma de acciones es muy sencillo, lo que no dice la propuesta es cómo vas a ejecutar esas acciones y con cuales órganos y entes formales cuentas para llevarlas a cabo.
4- Hacer un llamado formal a las Fuerzas Armadas, para que sepan que obedecer a un régimen forajido implica penas graves, al ser cómplices de criminales de Lesa Humanidad.
5- Organizar a las Fuerzas Armadas institucionales, para que formalmente desconozcan las órdenes del alto mando militar que pretenda serle leal al régimen forajido.
17- Decretar un estado de emergencia nacional, y solicitar el apoyo militar de las fuerzas nacionales e internacionales que decidan apoyar al gobierno legítimo de transición.
Sección V. “De lo heroico a lo ridículo no hay más que un paso” dijo Bolívar, o la FAN no es mi área de experticia, dice Sosa.
La FAN está regida por los principios de subordinación, obediencia y disciplina.
A la FAN se le hacen llamados diarios, públicos, vehementes, y eso no le otorga autoridad a nadie para comandarlas, simplemente porque de acuerdo a la Ley, eso lo hace el Presidente electo conforme a la Constitución.
UD sin dinero público, sin control sobre los comandos, sin autoridad constitucional, no puede organizar una FAN. El absurdo de una FAN paralela no solo salta a la vista, sino además coquetea con la idea de paramilitares, una imagen que espero logremos desterrar de nuestra historia.
Los militares sólo desconocerán al gobierno para formar ellos uno propio, que puede ser compartido con las fuerzas civiles a la espera de elecciones, pero no será para someterse de entrada a ellas.


viernes, 9 de junio de 2017

El cambio en primera persona

No soy una persona temerosa, nunca lo he sido. Tampoco temeraria, aunque me gusta el riesgo y la aventura. Quizás, desde que nacieron mis hijos mi mayor y único temor son ellos y su bienestar. Pero en 1998 no pensaba en tener hijos, estaba empezando a estudiar Derecho en la UCV y a mis 16 años sabía que lo mío era el servicio público. No pensaba ni busqué la práctica privada, simplemente no me interesaba.

Ese año sentí miedo. Con mi hermana lloré viendo en la televisión la victoria electoral de Hugo Chávez, ese que años atrás nos despertó de golpe, cuyo currículum solo exhibía muertes y violencia y que se hacía del poder apalancado en los resentimientos que surgían de los justos reclamos desatendidos. Empezaba la resistencia.

Dieciocho años de chavismo han sido para mí más de la mitad de mi vida, viendo como mi entorno se va deteriorando día a día y posponiendo metas para tiempos mejores. Vi como el campo en el que crecí era arrasado; vi como la Universidad que me abrió las puertas para salir del campo se iba quedando sin recursos para subsistir y como el servicio público que me llamaba se convertía mas que nunca antes, en un sistema de manipulación y opresión al servicio de aquellos que se hicieron del poder para robar.

El chavismo ha sido para mi un período de metas pospuestas, el gobierno de las oportunidades perdidas, en el que la vida es eso que ocurre entre una y otra frustración. Siempre busco mantenerme optimista, porque lo contrario no tiene sentido y porque sé que un país mejor es posible, siempre que logremos cambiar esta pesadilla de gobierno.

Esta etapa que vivimos desde el 6 de diciembre de 2015, y el movimiento social que catalizó desde hace setenta días es tal vez la primera oportunidad real de cambiar al país y no sólo al gobierno. Siento que hay un enorme consenso nacional sobre los errores cometidos y sobre la necesidad de hacer bien cosas elementales.

A veces me paro a imaginar el futuro y empiezo la frase “Si todo sale bien…” y lo único que me sale son lágrimas; lágrimas de alegría pensando en mis niños viviendo en el país que podemos construir. Me quiebra la idea de que mis hijos puedan ser felices aquí y evadir con éxito la necesidad de protegerlos en una maleta lejos de mi tierra. Imagino el resto de mi vida entre Caracas, el llano y la playa, y un Junquito limpio y ordenado, y me siento capaz de seguir luchando sin descanso hasta conseguirlo, porque estoy convencida de que podemos, porque si hemos resistido tanto este no es momento de rendirnos.


“Mis padres se quedaron solos y mi familia dinamitada.”
Erasmo. Diseñador venezolano.


“Primero, la inseguridad ha limitado la vida social, amistades, diversiones. Uno sale a la calle y está temeroso. No salimos de noche. Después, económicamente, a pesar de tener una profesión e ingresos estables, en lugar de mejorar uno siente que retrocede. Profesionalmente, un caos. La medicina va para atrás. El ejercicio en el hospital es terrible. Pero lo peor, ha sido ver partir a mi hija. Es una de las cosas más dolorosas que he vivido.
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Creo que representa la oportunidad de recuperar lo que hemos perdido. Una vida decente, sin tantos sobresaltos. Tal vez, la posibilidad de que mi hija regrese.
Realmente creo que si esto no da resultado, nos fregamos. Lo veo como la última oportunidad.

Mire. Médico venezolana”

“Mi familia que es toda de inmigrantes, volvió a vivir lo que nuestros padres vivieron y que nunca quisieron que nos tocara.
A mí  estos años, yo que he sido una gitana, me enseñaron que siempre, siempre quiero regresar a Venezuela.
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Representa la oportunidad de retornar a la civilidad. Representa el norte y el sur, el agotamiento de promesas vacías, frente a una mayoría q está dispuesta a sembrar sus propias promesas.”

Majo, escritora venezolana.


“Llevo 18 años en los que siempre estoy angustiada por algo. Lo he vivido desde todos los atropellos cuando iba a RCTV, cuando  sobrinos se fueron del país, cuando detuvieron a mi sobrino en La Salida en el 2014, en el estrés para conseguir a mis padres sus medicinas.

Ha cambiado tanto mi vida que no tengo tiempo de trabajar, estar algún tiempo con la familia y tratar de sortear cada uno de los obstáculos que nos pone el régimen.
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Representa la posibilidad de tener una vida normal, por lo menos como la de antes de que llegara Chávez. Representa la posibilidad de que vuelvan mis sobrinos y no se vayan mis hijos”

Du. Abogada venezolana.


“Mis hijos decidieron irse con mucha tristeza, pero necesitan una oportunidad que esta Venezuela no les ofrece.
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Representa la última oportunidad q tenemos de recuperar nuestro país y encauzarlo. HARTOS de colas, miseria y escasez producto de la robolución.”

Sonia. Empresaria venezolana.


                       









lunes, 28 de noviembre de 2016

¿Dónde están los desparecidos?



Este es un pequeño recuento de casos cuya investigación tuve la oportunidad de apoyar y documentar. La desaparición forzada de personas no es nada nuevo en Venezuela, pero con el paso del tiempo se han institucionalizado los mecanismos de impunidad.

Las OLP son, en mi opinión, la consolidación de la maquinaria de violación de derechos humanos; la legalización de los Grupos Exterminio y la degradación de la dignidad humana.

Todos los casos que narro y los documentados que adjunto tienen un factor común: hombres jóvenes y pobres. Cuando notas eso la mentira oficial se queda sin asidero.

Sólo tres casos

Oscar José Blanco Romero estaba en su casa en el estado Vargas cuando llegó un contingente del ejército, quienes irrumpieron en la humilde vivienda, disparando y rompiendo todo a su paso, sin importarle que estuvieran allí su esposa y sus hijos menores d edad. Los militares golpearon y esposaron y se lo llevaron detenido.

Era 21 de diciembre de 1999, el estado Vargas estaba devastado por la tragedia producto del deslave y el Presidente de la República ordenó al Ejército controlar el orden público ya que se reportaban saqueos a viviendas y comercios. Estaban incomunicados, había hambre y la improvisada respuesta del Estado era insuficiente.

Oscar José Blanco Romero fue entregado a la DISIP. Aún no ha aparecido.

El 28 de noviembre de 2005 la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado Venezolano por su desaparición forzada.

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Kervin Domínguez y Aníbal Hernández fueron detenidos y trasladados a la Zona 2 de las “Fuerzas Armadas Policiales del Estado Falcón”. Allí fueron torturados. Ante denuncias que otros reos hicieron a través de sus familiares, la Defensoría del Pueblo y el Ministerio Público se presentaron en la sede policial y constataron que los detenidos no se encontraban allí.

El 6 de junio de 2003 –tres días después de su detención- sus cadáveres aparecieron maniatados, golpeados y envueltos en bolsas plásticas  enterrados en la arena en la vía de la población Maquigua de la Península de Paraguaná. El primero murió por sofocación y asfixia mecánica; y el segundo por sofocación, asfixia y estrangulación.

Los responsables fueron condenados en primera instancia. En alzada se anuló la sentencia.

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Henry Omar Sánchez Mendez fue detenido arbitrariamente el 17 de octubre de 2000 en Acarigua, por funcionarios de la Policía de Portuguesa, quienes aparentemente lo confundieron con un delincuente que estaban buscando.

El caso lo denunció otro funcionario que presenció la aprehensión, quien identificó a los responsables. El TSJ ha impedido que se haga justicia al desconocer el carácter de delito continuado de la desaparición forzada. Los responsables siguen libres.

Henry no ha aparecido.

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jueves, 24 de noviembre de 2016

¿Calle? ¡Sí!



Protestar
Exponer una persona de forma vehemente su queja, oposición o disconformidad por algo que considera injusto, inadecuado, ilegal, etc.


A falta de elecciones, los ciudadanos perciben que la forma de demostrar que la mayoría de los venezolanos no queremos que Nicolás Maduro y el chavismo sigan gobernando el país, es a través de manifestaciones masivas de calle; las marchas que tanto caminamos en 2002, acciones de calle que llamen la atención del gobierno y perturben su aparente comodidad. Gente en la calle que deslegitime el ejercicio del poder por parte de un sector político que de acuerdo a las encuestas más conservadoras, tiene un 75% de rechazo de la población.

Viendo en retrospectiva este año tan complicado, creo que esa visión reactiva es equivocada. El error ha sido precisamente ese: luego de la contundente victoria de los factores de oposición el 6 de diciembre de 2015, que consiguió con votos la mayoría absoluta de los curules de la Asamblea Nacional, la dirigencia opositora y los ciudadanos que mayoritariamente los elegimos, nos equivocamos. El rechazo al gobierno chavista de Nicolás Maduro quedó claro el 6D, esa confrontación la ganamos de calle, ya estaba totalmente zanjada la diatriba: la oposición es la nueva sólida mayoría del país que exige un cambio de gobierno.

El camino a emprender debió ser el del respaldo a la Asamblea Nacional, las manifestaciones masivas de calle deberían haberse enfocado y convocado para respaldar como ciudadanos las decisiones y leyes aprobadas por el parlamento. La primera manifestación masiva, contundente debió ser en respaldo a los cuatro Diputados electos por Amazonas. Todos los opositores debimos ir, apoyarlos, impedir el atropello, bloquear el abuso del gobierno por medio del Tribunal Supremo chavista y dejarles claro que no lo permitiríamos. No lo hicimos. No lo hicimos par defender la Ley de Amnistía  ni las otras leyes que se han aprobado. No respaldamos en la “calle calle calle”, masivamente y con contundencia la negativa de aprobar el Decreto de Emergencia Económica.

Frente al proceso de convocatoria al Referéndum Revocatorio ocurrió algo similar, las pocas manifestaciones convocadas fueron reactivas, no se ejerció presión ciudadana para obtener los resultados establecidos en la Ley, sino para responder a los abusos obstruccionistas del CNE. Una vez suspendido el Revocatorio, no tiene mucho sentido llorar sobre el agua derramada.

Es imposible volver sobre nuestros pasos y optar por una Asamblea Nacional menos confrontacional y más inclusiva y propositiva, ni podemos a estas alturas revertir las consecuencias del esbozo caudillista- mesiánico en que nos embarcamos. Tampoco podemos pretender que con una sola acción de calle, vamos a subsanar nuestra omisión política y ciudadana de verdadero respaldo al cambio que exigimos el 6D.

Lo que si podemos hacer es variar el enfoque. El proceso de mediación internacional, mal llamado “Mesa de Diálogo” ha surgido en un contexto de opacidad, errática política comunicacional, perversas intenciones divisionistas y tambaleante estrategia. Eso ha generado que se acentúe la incertidumbre política y social, abriendo espacios para las aventuras inefectivas y la radicalización de la arbitrariedad.

¿Cuál creo que es el antídoto?

Simplificar la agenda de la mediación internacional: nada puede hacer la oposición para mejorar el abastecimiento de alimentos y medicinas, o para liberar a los presos políticos, o para recuperar el Esequibo, mientras el gobierno esté en manos de Nicolás Maduro y el chavismo.

La agenda del “diálogo” debe convertirse en el objeto de lucha de los ciudadanos: el rescate del derecho al voto, que parte del reconocimiento y respeto absoluto a la Asamblea Nacional constitucional y legítimamente electa, a la mayoría calificada opositora y a las atribuciones que eso conlleva (selección del CNE y reversión de la inconstitucional selección de magistrados del TSJ, por ejemplo). La convocatoria inmediata a la recolección del 20% de manifestaciones de voluntad para llamar al Revocatorio y la publicación del cronograma electoral.

“El gobierno no va a cumplir”. No, no va a cumplir. Si seguimos en nuestras casas sin respaldar los avances y los acuerdos, el gobierno no va a cumplir. Si no respaldamos como ciudadanos las exigencias que haga la representación opositora en el proceso de mediación internacional, el gobierno no va a cumplir.

Si quienes se abrogan la marca registrada de los presos políticos defienden más su prisión que su libertad –tal como lo hicieron al no defender la Ley de Amnistía- el gobierno no cumplirá los acuerdos.

¿Calle? ¡Si! ¿Protesta? ¡Si! ¿Para qué? Para respaldar el cambio que exigimos el 6D. Para respaldar la exigencia de elecciones, para respaldar la exigencia de respeto a la Asamblea Nacional que nosotros elegimos.

No para decirle al gobierno que se vaya, para exigirle respeto.



viernes, 23 de septiembre de 2016

Resistir y oponerse es desafiar, no adaptarse.


No creo que haya símiles perfectos entre el pasado y el presente, pero definitivamente sí podemos usar ejemplos que nos permitan recordarnos que las estrategias de hoy vienen de experiencias pasadas y que con las salvedades de rigor, podemos prever resultados.

Todos por ejemplo conocemos en mayor o menor medida la hazaña de Bolívar en el “Paso de Los Andes”. Una avanzada militar muy simple: en las peores condiciones climáticas, con los llanos inundados, los andes congelados y un ejército compuesto casi en su totalidad por lanceros de los llanos que en su vida habían visto una cima, Bolívar decide emprender la liberación de Nueva Granada. No sólo el clima era un problema, también hubo adversidades políticas importantes: desde el Congreso se dijo que Bolívar no pidió autorización para la campaña sobre Nueva Granada, no todos los caudillos militares lo apoyaban, Páez lo dejó a la intemperie sin enviar las ayudas que se suponía iba a conseguir en Cúcuta. Aún así, el ejército Libertador avanzó, cruzó los Andes, llegó a Gámeza, donde ocurre el primer combate con fuerzas realistas en territorio neogranadino. Sólo en el trayecto murieron mil ochocientos soldados del ejército Libertador. Ganaron esa primera batalla.

Y ganaron porque la estrategia fue siempre hacer exactamente lo que el enemigo no esperaba que hicieran, sin importar lo difícil y arriesgado que fuera el plan, ese era el plan. Dos meses se avanzada con el agua al cuello y el fusil sobre la cabeza, o en temperatura bajo cero con poco más de una manta con que cubrirse, pero apegados al plan, defendiéndolo sin abandonar, con disciplina y convicción.

Cuando empezamos a votar, empezamos a ganar, porque hicimos lo que el gobierno esperaba que no hiciéramos: convertirnos en mayoría electoral. Todos los que le vendieron el fraude electoral y la abstención, simplemente lo pusieron a Usted a hacer lo que el gobierno quería: a no votar, a buscar alternativas antidemocráticas, a pulverizar el liderazgo opositor, a rogar por un militar (cómo si no hubiésemos tenido un militar de Presidente).

Yo sigo empeñada en conquistar los Andes de la democracia, apegada al plan electoral que es la herramienta que tenemos los ciudadanos, los civiles que construimos este país y lo trajimos a la modernidad, que las charreteras nos han arrebatado.

No me da la gana de ir contra el liderazgo opositor, porque eso es lo que quiere el gobierno. No renuncio a las elecciones porque es lo que quiere el gobierno que hagamos. Es el gobierno lo que quiero cambiar y por eso ni les creo ni me someto a sus mandatos.


Resistir y oponerse es desafiar, no adaptarse. 

ELQ

miércoles, 17 de agosto de 2016

Ciudadanos por cien días


Agarre un almanaque y ubíquese en el tiempo. Estamos en Agosto de 2016. Faltan menos de cuatro meses para que termine el año y el país se juega su supervivencia como Estado democrático en estos 100 días.

En estas casi dos décadas de chavismo, la dinámica ha sido oprimir a la disidencia para desaparecerla. Somos escuálidos, traidores, oligarcas, majunches, o simplemente no somos, no existimos. Todo con la idea de convencernos –en muchos casos con éxito- de que no podemos hacer nada contra el gobierno. Esa sensación de impotencia nos pone a pelear entre los opositores: ya que luchar contra el gobierno es inútil, emprendo una lucha entre mis pares, porque al menos ahí tengo chance de ganar.

Y eso hemos hecho durante años, ir contra nuestra dirigencia, mutilar nuestro liderazgo, desintegrar nuestras formas de organización. Hemos llegado a convalidar los ataques del gobierno contra nuestros líderes, sólo porque no es el líder que a mi me gusta, y ¿Qué tanto? Igual ese no iba a cambiar las cosas.

En paralelo, algunos líderes de oposición parecen tener algún tipo de tara psicológica- política: totalmente dados al autosabotaje, parecen esos imbéciles que describía Savater “quieren comer ajos y dar besos grandiosos”. Cuando se avanza en alguna estrategia, entonces ellos optan por ponerse al lado del camino y, sin concretar lo que se viene haciendo, se lanzan a una estrategia paralela que sólo nos debilita como oposición organizada, le quita poder a los ciudadanos y nos desorienta como movimiento. Esos líderes tienen que reaccionar o abrir su baraja porque su comportamiento no aporta.

Los ciudadanos debemos estar concientes de esta situación, ya tenemos años en la misma coreografía. Hemos escogido de manera contundente seguir la ruta del Referéndum Revocatorio porque el sacar adelante nuestro país pasa necesariamente por sacar al chavismo del gobierno. Por el Referéndum Revocatorio tomaremos Caracas el 1 de septiembre, para exigir el cronograma del proceso, para exigir la convocatoria a la recolección del 20% de voluntades y exigir nuestro derecho a cambiar el gobierno en paz y democracia.

Tenemos, nosotros, los ciudadanos, cien días para presionar por llevar adelante el Referéndum Revocatorio, ganarlo y convocar a elecciones. Para muchos, la meta es que durante la recolección del 20% de manifestaciones de voluntad, se pronuncien 8 millones de venezolanos y políticamente Nicolás Maduro y su gobierno chavista se sepan revocados. Es válido, pero para eso hay que materializar ese 20% sin dudas, de manera contundente.

Cien días. Los países no se acaban, pero si retroceden. Nos toca a todos, así como hemos resistido para frenar al chavismo, empezar a empujar para revocarlos del poder. Para eso, debemos empujar todos hacia el mismo lado.