jueves, 11 de febrero de 2016

El Referendum


Hay que cambiar de gobierno. El pueblo venezolano ha llegado a un acuerdo por caminos distintos, pero lo logramos. Luego de años de desmoronamiento institucional y social, estamos en un momento en el que la solución primera de nuestros problemas es asumir y terminar con la fuente de la crisis: el gobierno chavista de Nicolás Maduro.

Se nos plantea el cómo. Los lideres de la oposición, algunos con más coherencia que otros, han dicho siempre que la solución a la crisis debe ser constitucional, democrática y electoral. Sin imposiciones ni rutas cortas o expeditas que nos dejen en una situación peor que la que pretendemos enfrentar.

En mi opinión, ese mecanismo constitucional, democrático y electoral es sin duda el Referendum Revocatorio, establecido en la Constitución como la vía a través de la cual los venezolanos reprobamos el ejercicio del mandato que le fuera dado a un funcionario electo. Y es exactamente eso lo que está ocurriendo con el gobierno de Nicolás Maduro, simplemente no hizo la tarea y está raspado.

La crisis en nuestro país no tiene que ver con la duración del período presidencial, sino con un pésimo gobierno que no cumplió sus funciones, que ha puesto al país en la situación económica más comprometida que se tenga memoria y nos sometió a una crisis política y de alta conflictividad social que obstaculiza nuestro desarrollo como nación.

Y me quiero detener en este último punto. La crisis social que vivimos los venezolanos es más profunda que cualquier otra, hay mucha división que sanar, tenemos que ponernos de acuerdo en lo básico. Como sociedad tenemos que redescubrir la elemental distinción entre lo que es bueno y lo que es malo. Dejar de exaltar el malandraje y el pranato como modelo y avanzar a la civilidad, rescatando nuestros valores. 

Para lograr eso, es indispensable que los venezolanos nos manifestemos de manera contundente e indiscutible a favor de un cambio de modelo de gobierno. No basta una triquiñuela constitucional; no es suficiente para llegar a acuerdos y dejar claro que no queremos sobrevivir a este sistema, una tibia señal enviada a dos bandas a través de una modificación de la Constitución.

El mensaje debe ser claro y directo: no queremos más a Nicolás Maduro y su equipo, gobernando el país de la manera que lo están haciendo. El Referéndum Revocatorio, con todas las dificultades que plantee, será la voz de los venezolanos con la fuerza de sus votos diciéndole a Maduro y su gobierno que se vayan.

Obviamente el chavismo en 17 años se ha encargado de sembrar minas en cualquier ruta que represente su salida del poder. Pero el 6 de diciembre el pueblo venezolano de manera incuestionable puso en manos de la oposición el control del poder político que puede desactivarlas. La Asamblea Nacional debe discutir y aprobar una ley de referendos que despeje el camino hacia un proceso revocatorio transparente, garantista y confiable. Antes de abril puede aprobarse una Ley que regule y simplifique la convocatoria al Referendum Revocatorio, y elimine las trabas impuestas por el CNE a través de resoluciones y normativas. 

Los venezolanos demostramos que queremos cambio y que con nuestro compromiso con el país y con la democracia, podemos burlar el ventajismo a través de los votos. Ante la decisión de un pueblo no hubo chantaje, ni amedrentamiento, ni presión que pudiera manipular los resultados del 6D. Ahí esta nuestra fortaleza,  una Asamblea Nacional comprometida con su pueblo y la participación masiva de todos.

ELQ

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